Wednesday, January 28, 2009

LUEGO DICEN DE LOS MURCIÉLAGOS

Esta mañana he sido testigo de un nuevo sistema de radar que ríete tú del que usa el ejército americano tras el 11-S.

No es, ni más ni menos que el que tienen las mujeres al entrar en una tienda de ropa y complementos.

Es poner un pie en la tienda, y cada una se dispersa hacia una zona distinta de la misma, pero eso sí, cada una sabe en todo momento donde está la otra, y si hace falta pedir opinión sobre algo, zas, se encuentran de forma casi automática.
Estáis conectadas a una red telepática a la que no podemos acceder los hombres, verdad??.
Yo esto lo he observado desde mi postura de museo (véase, manos en la espalda, paso lento, casi cansino y mirada escrutadora sobre la zona a observar).

Para que luego digan del radar de los murciélagos. Nada, unos simples aficionados.

Monday, January 26, 2009

UN NUEVO MUNDO. LA NEVERA

Hoy iba a comer besugo.

Digo “iba”, porque de repente, casi como un sobresalto y tras tener ya en el horno la suculenta capa de patatas con cebolla que servirá de lecho para mi tan amado pez, oigo:
“Sin darme cuenta he congelado el besugo en vez de las lenguadinas”
Total, que me he terminado dejando el besugo y su frescura para otro día.
Qué le vamos a hacer…

Todo esto me lleva a pensar en ese otro micro sistema que todos tenemos en nuestras casas.
La nevera.

El besugo que hoy me iba a comer habrá pasado al congelador etiquetado como lenguadina, por lo tanto otro día volveré a comer un plato equivocado, pero eso no tiene demasiada importancia, porque por lo menos son productos parecidos.
Por qué, qué me decir de ese tupper que contiene algo que se ha convertido en una masa gelatinosa??
Puede ser puré de lentejas, callos o tal vez una cerveza que algún día se escurrió, cayó en un tupper vacío (porque en un congelador no siempre hay tupper llenos, no os creáis) y con el frío explotó.

El día que lo sacas y te preguntan qué vas a comer, puedes decir a ciencia cierta:
“Pues hoy, un plato de según” (según lo que salga, será lo que comas).

Y cuando vas a descongelar el congelador??
Comes tres veces más, porque claro, una vez descongelado algo, no se puedo volver a congelar, y no lo vas a tirar.
Así que de entrantes, cocido, de primer plato, lentejas y de segundo haces filetes rusos, porque tienes tal cantidad de tipos de carnes, que lo mejor es picarlas, añadirles perejil y ajo, pasarlas por huevo y pan rallado y al estómago.
Lo mejor es el postre, porque aparte del consabido helado, en un congelador, por lo menos en el mío, te puedes encontrar hasta roscón de Reyes, que digo yo
¿¿Por qué compramos roscón en una cantidad tal, que si no lo congelásemos, podríamos tener hasta los Reyes del año siguiente…??
Si es que yo tengo hasta tabaco!!
Porque cuando voy a dejar de fumar, lo guardo ahí para no verlo, y claro, se me olvida donde está hasta dicho proceso de descongelación.

Luego está, lo que es ya la nevera propiamente dicha, tan cargada el día 1 de cada mes, y tan triste los últimos.
En los primeros días, hay auténticas batallas para coger sitios de privilegio entre las baldas.
La fruta quiere subir desde la parte baja en la que se siente sola, hasta la balda de los lácteos, en las que el queso, todavía entero, hermoso y en todo su esplendor, comparte protagonismo con los yogures, de todo tipo de sabores y colores.,
La carne y el pescado, todavía sin congelar, lucen orgullosos su color y textura.
Los refrescos y bebidas espirituosas todavía ocupan todos los agujeros de en las mallas de plástico que los contienen (y que gracias a Lisa Simpson y su proceso de reciclado, luego usará el señor Burns para hacer una gigantesca red de pesca).

Pero ayyyy a últimos de mes…
Esa mandarina mohosa que lleva en el fondo desde que compraste la nevera, sólo tiene como contrincante por buscar sitio a esa botella de 2 litro de Coca-Cola, que por supuesto sólo contiene agua.
Del queso solo queda un trozo de corteza negra, que todavía no se sabe muy bien por qué, sigues guardando envuelto en un trozo de papel albal, con mil rotos de tantas veces como lo abres para ver que hay dentro, y que una vez comprobado que es la última raspa de queso, lo vuelves a guardar.
Y por supuesto, muchos platitos con sobras, que algún día usarás para hacer esa mítica ensalada compuesto por TODO lo que hay en la nevera y que al igual que los gazpachos, a cada uno le salen de una manera diferente.

Pero no pasa nada, a los pocos días llegará de nuevo el primero de mes, y la opulencia volverá a inundar todo el espacio.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.

Thursday, January 22, 2009

LOS DE SIEMPRE!!

El otro día, al preguntar qué tal había ido el finde, me contestaron:
“Salimos, los de Siempre”

“Los de siempre”
Esa frase que sirve para encuadrar a todos, desde los más golfos a los más santos, desde los más empollones a los más maulas.

Aprovechando estás fechas de exámenes en las que estamos, podemos aplicar el primer símil.
Recuerdo los últimos años de colegio, (en los que parece que hacíamos concursos para ver quién era el que antes salía de los exámenes dada lo prisa que teníamos algunos), cuando llegaba el tutor y decía:
“Han suspendido los de siempre”
Zas, primer “los de siempre” en los que me empecé a incluir.
También habría que decir que por lo menos nosotros éramos lo suficientemente honestos para salir del examen y ante la pregunta ¿qué tal os ha salido?, decíamos “Fatal”, porque claro, también están los otros “los de siempre” que decían que horrible y luego te calcaban un 9 que no se lo saltaba un gitano.
Joder, yo cuando decía fatal, sacaba un 1 y si llegaba!!
Qué episodio de Barrio Sésamo me perdí yo para tener un concepto tan distinto del suyo de bien y mal??

A raíz de tan glorioso expediente académico, comencé a entrar en otro grupo de “los de siempre”.
El que jugaba partidas de mus todas las mañanas de Junio, ya que dado que no teníamos selectividad hasta Septiembre, ¿para qué ir a las clases preparatorias si se nos iba a olvidar durante el verano?.
Pues ahí entré, y además Cum Laude, porque madre mía que pellejadas de mus nos metíamos.
Yo creo que no me he concentrado tanto tiempo en mi vida en una misma cosa, que en aquellas partidas en las que te estabas jugando un pincho de tortilla y una Coca-Cola.

“Si dedicases tanto tiempo a los estudios como a las partidas de cartas, otro gallo te cantaría”
Si cambiamos “partidas de cartas” por cualquiera de vuestras aficiones, os suena, verdad??
Eso, más que “los de siempre”, se podría llamar “lo de siempre”, pero yo creo que ese tipo de coletillas las afrontaremos otro día en otra columna.

Con el paso de los años, entré en varios grupos mas de “Los de siempre”, pero tengo la impresión que todos eran de los que se podían denominar “de vida alegre”, porque estoy en los que siempre salen, en los que siempre llegan tarde, en los que siempre acaban dando los buenos días al llegar a casa por las noches… Lo cual acuñó otra frase complementaria usada dentro de un mismo grupo de “los de siempre”, que es “los horrorosos de siempre”.

Que le vamos a hacer…
De todas maneras, no me arrepiento de estar en esos grupos, porque cada uno en su estilo, me ha aportado cosas de valor a mi vida y me ha permitido conocer a buena gente que tal vez, de haber sido otro tipo de “los de siempre”, nunca hubiese conocido.

Besos para ellas y un abrazo para los demás.
Se os quiere y lo sabéis.